Si tan sólo aquella mirada hubiera reflejado el dolor masivo que sentías, te abrazaría.
Pero tal vez mi orgullo no dejó ver tu angustia, y volteè la cara.
Odio cuando sucede eso. Esas situaciones inesperadas en las que no sabés que hacer, hacia dónde ir, porque quedás como un cobarde.
No te queda más que mirar lejos, con mirada circunspecta.
Tenía ganas de hablar, pero no me salía palabra alguna de mi boca. Quería entenderte, pero mi furia me consumía viva. Quería negar ese sentimiento de compasión y amor, e hice lo imposible para que no se descubriera...
Aún así, sigo pensando...
viernes, 18 de junio de 2010
Publicado por VioL€t en 16:52

Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 Pensamientos:
Publicar un comentario