Dulce e insano.

Sus suspiros conquistaban su dulce corazón...
El se aprovechaba de su benevolencia.
Ella aguantaba su respiración
Y la expulsaba con un tierno suspiro de demencia.

Su amor, tan puro, tan celestial, tan letal.
El tendía su mano hacia su rostro.
Y disimuladamente,
Ella ejecutaba una lágrima de cristal.

Rasgaron sus ropas, al huir por el bosque implacable.
Sus vidas tendían de sus manos aferradas
Tan rebeldes, tan sordos, tan intocables...

Amor impotente, amor inquieto.
Amor insano, amor imaginario...
Que contagia ternura, que contagia tristeza
Que contagia todo lo que una persona anhela.

Con ese beso letal, que ella calló en sus labios,
Los santos lloraban, los ángeles admiraban,
Ese dulce encuentro, que la Virgen tapaba con sus mantos...