Las inseguridades del mundo más pequeño que un dios podría imaginar. Los anhelos de un futuro perfecto, y los miedos de un futuro cercano. Los odios íntimos, los enamoramientos adolescentes. Los llantos patéticos, los arrepentimientos, las locuras. Los precipitados y los reservados. Los amantes del aire, y los amantes de los castillos. Las cosas que sólo queremos ver, el protagonismo y el egoísmo. La desesperación por gritar. El miedo a dejar la infancia atrás, los secretos oscuros que nadie quería contar. Las náuseas, las risas.
Es lo que pasa por la cabeza de un humano.
Con diecisiete años.
martes, 15 de marzo de 2011
Moi
Publicado por VioL€t en 17:39

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